Cinco claves para manejar con éxito a los niños durante las vacaciones
La temporada de fiestas es a menudo una época de visitas familiares, de compartir comidas y, en algunas familias, de intercambio de regalos. Muchas personas pueden dar fe de que sienten personalmente una mayor alegría y un mayor ánimo durante esta temporada. Sin embargo, la evidencia también respalda que se trata de una época de estrés único que no se experimenta normalmente en otras épocas del año.
Un estudio de investigación de Greenland Quinlan Rosner también demuestra que los factores estresantes habituales de las fiestas incluyen la lucha contra el aumento del tráfico la carga de preparar comidas copiosas para muchas personas y las preocupaciones adicionales sobre el dinero que suelen asociarse con el consumismo navideño. Quienes tenemos hijos también sentimos la carga de garantizar que se satisfagan sus necesidades y, al mismo tiempo, asegurarnos de que nuestros esfuerzos como padres sean coherentes con respecto a su comportamiento.
Para ayudar a que nuestra crianza sea coherente a pesar de las mayores expectativas tanto de los padres como de los hijos durante la temporada de fiestas, aquí hay cinco claves para controlar el comportamiento de nuestros hijos, además de las expectativas que asumimos mientras preparamos un momento alegre para nuestras familias:
1. Preparación. Debido al “ajetreo” que acompaña a las fiestas, nuestra atención a las conductas de nuestros hijos puede distraerse. Más aún, luchamos contra la falta de energía para manejar el mal comportamiento de los niños debido a nuestras mayores responsabilidades. Aquí es donde la preparación será útil. Antes de ir a visitar otras casas, describa claramente las expectativas del área común con su hijo. Tal vez aclare con anticipación qué etiqueta se espera, explique las diversas expectativas culturales o vuelva a hablar sobre cómo los abuelos pueden tener que compartir tiempo con todos los nietos. Preparar a nuestros hijos con anticipación limitará esos momentos en los que nos “asustamos” porque nuestros hijos no se comportan de la manera que esperamos.
2. Organización. Esto puede darse por sentado, pero con los entornos frenéticos que nos empujan en múltiples direcciones, estar organizado y ayudar a nuestros hijos a organizar sus pertenencias puede calmar los factores estresantes innecesarios que surgen cuando no se espera que nuestros hijos actúen de acuerdo con un plan.
3. Expectativas. Algunos podrían equiparar esto con “preparación”, y tal vez establecer expectativas sea parte de la preparación de nuestros hijos, pero el enfoque de este punto es que las expectativas tienen que ser las mismas para todos nuestros hijos. Sí, los cambios sutiles pueden ser apropiados según el nivel de madurez, pero deben mantenerse constantes por el bien de ellos. Por ejemplo, una expectativa puede ser que nuestros hijos saluden a la familia al llegar a su casa. Un saludo seguramente será diferente para un niño de cuatro años que para un adolescente, pero la expectativa es que los niños saluden a las personas de manera cortés. Y recuerde, todas las expectativas tienen que estar determinadas por lo que les hará lograr. Queremos que nuestros hijos crezcan en cada estación.
4. Procedimientos/rutinas. Cualquiera que haya tenido un hijo probablemente haya experimentado su lucha por seguir el protocolo de la hora de dormir cuando no se espera que vayan a la escuela a la mañana siguiente. Si es necesario acostar a su hijo a una hora determinada para ayudarlo a completar su día, la rutina para niños debe ser discutida como parte de sus expectativas. Además, si establece rutinas para usted mismo, no cometa el error de saltárselas por cualquier cantidad de razones. Esto no hace más que añadir más estrés en un momento en el que las obligaciones ya son mayores.
5. Presencia. Incluso si usted, como padre, se siente “agotado”, demostrarlo puede aumentar el estrés de su hijo. Si usted siente la crisis financiera como la mayoría de las familias de clase media y baja, probablemente no quiera que su estrés aumente negativamente el estrés de su hijo. Tanto usted como sus hijos necesitan la oportunidad de disfrutar de las fiestas a pesar de los desafíos. Si necesita hablar sobre los factores estresantes, hágalo con su cónyuge u otro adulto de confianza. Poner una carga adicional de preocupación sobre un niño a menudo puede hacer más daño que bien porque sus mentes inmaduras aún no son capaces de procesar esa información adecuadamente. Sea intencional, incluso cuando sienta que no tiene el control. Sus hijos necesitan la estabilidad de saber que sus padres “se encargan de esto”.
En resumen, el estrés durante la temporada navideña es una verdadera batalla que la mayoría de nosotros libramos por diversas razones. No importa en qué época del año estemos criando a nuestros hijos, aún queremos criarlos para que sean adultos exitosos. Parte de ser exitoso incluye manejar el aumento de factores estresantes que aparecen en momentos únicos. Si da el ejemplo de cómo manejar bien el estrés y aplica estas cinco claves durante las fiestas, podrá controlar mejor su estrés y, al hacerlo, contribuirá en gran medida a brindarle a su hijo la estabilidad que necesita para disfrutar de la “época más maravillosa del año”.
¡Felices fiestas!