Inmigrante o refugiado, ¿Cuál es la diferencia?
Es hora de hacernos cargo y elegir quienes queremos ser. Hablo como inmigrante que llegué a los Estados Unidos y siempre vi manos abiertas para mí y mi familia.
Pero no importa si tú tienes treinta años en esta nación o un día. Lo primero que debes hacer es tener claro quién eres.
En mi libro SE UN INMIGRANTE FELIZ publicado por Harper Collins escribí:
¿Inmigrante o visitante?
No toda persona que sale de una nación para vivir en otra es un inmigrante.
Esta es una de las mayores confusiones que hemos tenido.
Dicha confusión ha generado que se pensara que todas las personas que llegan a otra tierra que no sea el lugar donde nacieron son inmigrantes y pueden tener los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro.
Por eso debemos hacer un alto y preguntarnos con seriedad: ¿soy un inmigrante?
Porque quizás estás viviendo en otra tierra, pero no eres un inmigrante. Puede que seas un trabajador extranjero, un refugiado o alguien que esté de visita.
En cualquiera de estos casos es excelente que pases un tiempo fuera de tu casa para adquirir experiencia, para mejorar la calidad de vida, porque debes esperar que se den las condiciones o porque no has conseguido un buen empleo.
Pero no eres un inmigrante. Solo alguien que está de paso. Y si así fuera está bien, pero para cambiar el mundo en el que vivimos debemos hablar claro. Y hablarlo. Porque todo lo que no está en tu lenguaje no existe.
Así que para diseñar el futuro resulta primordial elegir quiénes queremos ser.
Si estamos de visita o por un tiempo es fabuloso, pero si he elegido emigrar debo desterrar de mi vida el lenguaje de refugiado y convertirme en un inmigrante feliz.
Porque cuando quiero lo mejor de dos mundos probablemente reciba lo peor de dos mundos.
Y como decía el cantautor terminaré también pensando y sufriendo porque “no soy de aquí, no soy de allá”.
Híbridos ciudadanos de las circunstancias, que están en cuerpo o geográficamente en un lugar, pero su lenguaje, sus pensamientos, su conversación cotidiana, su corazón, está muy fuera de allí. Y no tienen ni la más mínima noción como ciudadanos, solo buscan y hacen crecer sus nociones como consumidor.
Refugiados
Los refugiados son un grupo de personas que se reconocen como migrantes forzados, pues en sus países son perseguidos por sus creencias o razas, o por conflictos armados o desastres naturales.
Esta definición fue asentada en 1951 en la Convención sobre el Estatuto de Refugiados de las Naciones Unidas. Actualmente, el concepto se ha ampliado haciendo referencia a las personas que se van de sus lugares de origen porque las tierras de esos países no les aseguran la subsistencia.
La protección internacional de los refugiados se basa esencialmente en asegurar la admisión en el país de refugio, el otorgamiento del refugio, el respeto de los derechos humanos y el cumplimiento del principio de “no-devolución”, que respalda el derecho de las personas que solicitan refugio a no ser obligadas a regresar a su país.
Extranjero
Un extranjero es aquel que ha llegado a una nueva tierra en representación de su propia nación. Que vino para estudiar o trabajar, pero que tiene un tiempo reducido de permanencia y que pronto, y con gran entusiasmo, regresará a su tierra de origen.
Se define como extranjero a aquella persona que no forma parte de la comunidad política que se adopta como referencia. En todos los estados existe una regulación acerca de la entrada y salida de los extranjeros del territorio nacional.
Tal regulación recibe el nombre de “derecho de extranjería”. Dentro del grupo de extranjeros se distinguen los que poseen un estatuto común y los que tienen un estatuto especial. Los segundos gozan de un tratamiento más favorable en algunos aspectos, debido a los vínculos existentes entre el estado en el que el extranjero en cuestión se halle y el estado del que sea nacional.
Visitante
Una visita viene por un tema puntual: turismo, familiares, conferencias. Puede que se quede un día o un año, pero siempre será una visita. Se le atiende y agasaja como una visita y se sabe que pronto volverá a su casa, así que se pretende que el tiempo que permanezca como visita sea un tiempo de calidez en su vida.
Las categorías de refugiado, extranjero y visitante no solo tienen que ver con las circunstancias, sino también con la decisión personal. Hoy puedes elegir convertirte de cuerpo y alma en un inmigrante. No importa qué fuiste hasta ahora. Y ser más que eso. Ser un inmigrante feliz.
Algunos inmigrantes no pueden ver hacia adelante porque solo piensan como refugiados, trabajadores extranjeros o comerciantes de paso. Definamos entonces al inmigrante.
Inmigrante
Inmigrante es aquel que deja su tierra de origen y se asienta en una nueva tierra.
Es quien vive y desarrolla sus actividades en una nueva nación que adopta como suya, es aquel que respeta las leyes de su nueva tierra, las abraza y ama el lugar que lo cobijo a él y su familia. Es aquel que viene a darlo todo, a sembrar en nueva tierra, a hablar su lengua, a entregarle sus hijos, sus impuestos, su corazón.
La elección es personal
Esta importante definición implica una actitud de vida que depende de ti. Y debes tomarla por tu familia, por ti, por tu futuro.
Algunos inmigrantes no pueden ver hacia adelante porque solo piensan como refugiados, trabajadores extranjeros o comerciantes de paso. La elección debe nacer del corazón. No si te va bien, o si te va mal. Debe ser un diseño, no una reacción, y comprometerte a llevarla a cabo en cada área de tu vida.
No puedes ser un inmigrante por momentos y un refugiado por otros. Debes elegir. Algunos, un día son refugiados, otro día son inmigrantes.
Algunos días “sienten” que añoran la tierra que los vio nacer. Ponen música bonita que les recuerde su infancia e idealizan cada momento de su ayer. Y en medio del tiempo que pueden construir su futuro solo alimentan frustraciones.
Pero al otro día, cuando consiguen un mejor trabajo, cuando las cosas les van bien o son reconocidos por algo o alguien, “sienten” que llegó su hora de reclamar sus derechos como “inmigrantes”.
Un nuevo modelo de pensamiento nos ayudará a lograr nuevos lenguajes y nuevas acciones.
Si has elegido dejar de ser un refugiado o una visita, y estás comprometido a ser un inmigrante, este es tu mejor momento, en medio de la adversidad de poder serlo con todas las letras. Ser inmigrante no tiene que ver con circunstancias, sino con elección. Elige hoy mirar hacia adelante y dar lo mejor de ti.