Recommended

La página actual: Politica |
Vicepresidente advierte que la IA se convierte en arma para "reescribir la historia y censurar la expresión"

Vicepresidente advierte que la IA se convierte en arma para "reescribir la historia y censurar la expresión"

El senador republicano de Ohio J.D. Vance, elegido por Trump para la vicepresidencia, llega el primer día de la Convención Nacional Republicana en el Fiserv Forum el 15 de julio de 2024, en Milwaukee, Wisconsin. | | Andrew Harnik/Getty Images

El vicepresidente J.D. Vance hizo un llamado a las naciones del mundo para que se aseguren de que la inteligencia artificial (IA) no se convierta en una herramienta para la censura impuesta por el gobierno, alentando la adopción de lo que él llama “una nueva revolución industrial”.

[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]

Vance se dirigió a los líderes mundiales en una Cumbre de Inteligencia Artificial en París, Francia, el martes, y afirmó que Estados Unidos cree “con mucha firmeza que la IA debe permanecer libre de sesgos ideológicos y que la IA estadounidense no será cooptada para convertirse en una herramienta de censura autoritaria”.

Reciba GRATIS nuestras últimas noticias

Suscríbase para recibir un boletín con las noticias más destacadas (¡además de ofertas especiales!) de The Christian Post. Sea el primero en enterarse.

El vicepresidente expresó su preocupación por “los informes de que algunos gobiernos extranjeros están considerando apretar las tuercas a las empresas tecnológicas estadounidenses con presencia internacional”.

“Estados Unidos no puede aceptar eso y no lo aceptará, y creemos que es un terrible error no solo para los Estados Unidos de América sino para sus propios países”, sostuvo.

Condenó la “Ley de Servicios Digitales” de la Unión Europea y las enormes regulaciones que ésta creó sobre la eliminación de contenido y el control de la llamada desinformación.

Vance reconoció la importancia de garantizar que “Internet sea un lugar seguro”, pero sostiene que “una cosa es evitar que un depredador se aproveche de un niño en Internet y otra muy distinta es evitar que un hombre o una mujer adultos accedan a una opinión que el gobierno la considera desinformación”.

Aunque no mencionó a China ni a su nueva entidad de inteligencia artificial, DeepSeek, por su nombre, Vance dijo que “adversarios extranjeros hostiles” “han utilizado software de inteligencia artificial para reescribir la historia, vigilar a los usuarios y censurar el discurso”.

“Algunos regímenes autoritarios han robado y utilizado la inteligencia artificial para fortalecer sus capacidades militares, de inteligencia y vigilancia, capturar datos extranjeros y crear propaganda para socavar la seguridad nacional de otras naciones”, dijo.

“Esta administración bloqueará tales esfuerzos de plano”.

Vance mostró un tono positivo hacia la idea de la IA y lo que describió como la “extraordinaria perspectiva de una nueva revolución industrial”, pero advirtió que tal escenario nunca se haría realidad “si permitimos que la IA sea dominada por actores masivos que buscan usar la tecnología para censurar o controlar los pensamientos de los usuarios”.

“La administración Trump se asegurará de que los sistemas de IA desarrollados en Estados Unidos estén libres de sesgos ideológicos y nunca restrinjan el derecho de nuestros ciudadanos a la libertad de expresión”, proclamó. “Podemos confiar en que nuestra gente piense, consuma información, desarrolle sus propias ideas y debata entre sí en el mercado abierto de las ideas”.

El mes pasado, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva diseñada para garantizar que los sistemas de IA estadounidenses estén “libres de sesgos ideológicos y agendas sociales diseñadas”.

La orden ejecutiva coincidió estrechamente con la toma de posesión de Trump como el 47 presidente de los Estados Unidos y el anuncio de la UE de que intensificaría la aplicación de la Ley de Servicios Digitales.

La ley, que Vance mencionó en su discurso, exige que las empresas de redes sociales eliminen “contenido ilegal” o se enfrenten a sanciones de hasta el 6% de su facturación anual global. Si bien los legisladores de la UE citan la medida como necesaria para combatir la “interferencia extranjera” y el “discurso de odio”, los críticos la caracterizaron como un intento de imponer “censura”.